El sonido del tren
A veces, olvidamos el camino de regreso
o sencillamente no queremos recordar
y fluctuamos como rueda metálica
sin más valor que el de girar.
A veces, los tejados se llenan de nubes
y los gatos se creen de otra especie
y aúllan bajo la luna.
A veces, nos dejamos la piel
en la pared de alguna estación
y no llevamos pasaporte
pero aún así, saltamos
por si la señora esperanza
todavía vive en algún andén perdido.
7 comentarios:
La señora esperanza vive, solo que a veces la muy juguetona juega a las escondidas
Besos
Por muchas nubes que haya el sol siempre sale…y la esperanza encuentra de nuevo el camino…
U cálido abrazo
Seguro que sí,
ojalá, no estemos en el equivocado, y al parar quede siempre un hueco...
Abrazos......
La Señora Esperanza, esa que todos buscamos, que escondida debe de estar.
El tren de la vida sigue y nosotros con el.
Un abrazo.
Ambar.
Este tren en el que viajamos
no tiEne revisor
Ni billetes; es gratis.
Tampoco tiene estaciones; no para.
Viajero alguno viaja porque quiere
Ni sabe a donde va; nunca llega.
No tiene destino
Este tren en el que viajamos
no tiEne revisor
Ni billetes; es gratis.
Tampoco tiene estaciones; no para.
Viajero alguno viaja porque quiere
Ni sabe a donde va; nunca llega.
No tiene destino
La he buscado por miles de andenes desiertos y polvorientos, hasta que un día la encontré sentada en el banco de un andén llorando, agobiada de tanta responsabilidad.
Muy bello, un saludo.
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