CREER SER, PARA SER
Una mirada basta para saber…
que los ojos del león y la gacela
son los tuyos.
La vida y la muerte caminan
Disfrazadas de promesas.
Un ser primitivo está en evolución
Los troglodítas no salen de sus cavernas.
Pon tus manos sobre el sol niño
que tus pupilas se dilatan
y no puedes ver al alba.
La mañana se dispone abrir el libro de los cuentos
pero los vientos las hojas lleva a su morada
abajo un río de plata, en lo alto la montaña
donde el águila ya está renovada.
Apaga el círculo luminaria niño
y silencia la mañana
que memore tu nombre
cuando la ausencia acuda
Y cuando en el vértice de mis labios
te antojas veloz y otras lento
las palabras juegan a los antónimos.
La nube que había frente a tus ojos
se aproxima a la orilla de mi sustancia
mis manos sujetan el tiempo
tu mirada se enciende
Nuestros ojos son océanos en llamas
Y la música me pierde
en las huellas que deja la arena.
Caminar hasta alcanzarse
es caminar distanciados
hasta llegar al eje vertical
donde todo confluye.
las miradas se asoman y se pegan
como un pulpo a una baldosa.
Somos quienes creemos ser,
sin embargo...
No creemos ser quienes somos.
Quizás ni creamos,
ni seamos,
ni siquiera existamos
Pero en el fondo basta con creer ser para ser.